Muy estimados
estudiantes:
¡Sean bienvenidos a
este ciclo escolar!
Filosofar es una
aventura apasionante en nuestra comunidad. Nos saldrán al encuentro los grandes filósofos, sus descubrimientos, los
derroteros trazados en sus andanzas por el mundo y por el tiempo. También nos
toparemos con los maestros, hombres y mujeres de aquí y ahora, que en su
encuentro con la filosofía, se experimentan vocacionados por transmitir a las
nuevas generaciones su amistad con la sabiduría. También nos hallaremos con los
compañeros estudiantes, que en su iniciación en los estudios filosóficos, ya
como búsqueda profesional, ya alentados por la tradición eclesial, van más allá
del marco meramente académico y se dejan transformar radicalmente por el
pensamiento lúcido de los otros para ganar en humanización. También están
nuestras congregaciones religiosas, que con su sostén, hacen posible que la aventura sea intercongregacional, signo de
la solidaridad en la batalla común por sumarnos
a la actuación del Dios de Jesús.
Durante este ciclo,
queremos afinar nuestras estrategias para que la aventura sea aún mejor, por
ello te invito a sumarte con entusiasmo a la reflexión común sobre los modos concretos de practicar la enseñanza y el aprendizaje del filosofar. En este
rediseño de estrategias, los maestros como protagonistas de los procesos de
enseñanza, necesitan constantemente objetivar los modos concretos de presentar
y transmitir los contenidos de sus materias y las actividades didácticas que
utilizan; por otra parte, en los procesos de aprendizaje, el protagonismo de
los alumnos es crucial, pues son los que tienen la responsabilidad de traducir,
desde las inéditas coordenadas antropológico-culturales, los nuevos componentes
que habrán de incorporar en el ejercicio de la filosofía a partir de sus
propios balbuceos en el filosofar.
Que el Espíritu de
la Verdad nos acompañe en nuestro trayecto aventurero.
Mtro. Luis Felipe Reyes Magaña, MSpS